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Juegos Sexuales - ItaHina. SasuHina. - Capitulo 12

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Sasha545's avatar
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CAPÍTULO 12
DAÑO COLATERAL

Hay tantos juguetes en el mundo y aún así algunas personas prefieren jugar con los sentimientos.

Desde la amplia escalera de roble observó con resentimiento como sus pasos ligeros y cortos se perdían por el pasillo en el ala apuesta a su habitación. No se volteó a despedirse ni a desearle buenas noches, huyendo de su presencia con una velocidad que le resultó irritante.

No se habían dicho una sola palabra en el camino de vuelta a la mansión Uchiha en Long Island. Tampoco era como si quisiera hablarle, ni si quiera compartir el mismo especio que ella, no sabía de que sería capaz si la escuchaba compadecerse de él nuevamente. No había nada que pudiese decirle que en ese momento lo habría hecho sentir mejor, lo único que se venía a su mente eran cosas que podía hacerle para sentirse mejor y ni una de ellas era moralmente aceptable o posible pues Hinata Hyuga no era el tipo de mujer que bajaría sus bragas para él así como así. Y francamente, estaba hartándose de ese jueguito de seducción cuando sabía que ella no caería. Shikamaru le había dado una carta de triunfo pero su impaciencia le había jugado en contra. No estaba seguro de cómo podría revertir eso ahora. Tendría que tomar medidas más extremas si quería ganarle a Itachi, a Hinata y a Ino.

Se dio la vuelta irritado caminando hacia su propia habitación. — Soy Sasuke Uchiha… — Susurró para sí mismo con las manos dentro de los bolsillos mientras avanzaba.

No hay nada más trágico que ver dentro de los ojos de un hombre y descubrir que no sabe quién es.

— Soy Sasuke Uchiha —dijo con firmeza, poniendo la mano en la perilla de su habitación.
—¿Ahora hablas solo? Justo cuando pensé que no podrías volverte más patético o triste.

Realmente no estaba de humor para lidiar con Ino en ese instante. Odiaba tenerla cerca cuando se sentía así, como un fracaso, como el inferior de Itachi. No había nada más despreciable que ver su rostro de porcelana y darse cuenta que disfrutaba de la desgracia ajena, la hacía vibrar, la hacía verse más hermosa que cualquier otra mujer en esa tierra.

Ino siempre sería su amor. Ella era la única que podría amarlo de vuelta pues conocía la urgencia de querer ganar sin importar las consecuencias. Ella era la única que lo veía tal como era y no huía espantada. Aquello la hacía en cierta medida su cómplice, su amiga, su hermana, su amante. Sin embargo, Ino nunca lo había aceptado como amante y aquello lo fastidiaba. Nadie le decía que no.

Por eso, también la odiaba.

—¿Esperando que volviera? ¿A esta hora? Que patético. Si tanto querías pasar la noche conmigo me podrías haber dicho antes que saliera —dijo dándose la vuelta y mirando a Ino en el umbral de la puerta de su habitación—. Además, creo que dejamos algo pendiente esta tarde.
—¿De verdad? —preguntó Ino con inocencia— Refréscame la memoria.
—Basta de juegos —Sí, en una ocasión normal Sasuke habría seguido aquel jugueteo entre ambos, pero su cabeza retumbaba y estaba harto de todos y todo en esa casa. Hinata Hyuga era su prioridad número uno, jugar con Ino sería solo la recompensa de destruirla— ¿Qué quieres? Si no es meterte a mi cama entonces desaparece de mi vista.
—Sólo me meteré a tu cama si ganas la apuesta. Sabes bien a lo que vengo —Sasuke suspiró con pesar, ya podía imaginárselo—. Sakura Haruno. Un trato es un trato.
—Estoy de acuerdo. Un trato es un trato. Planeo mantener mi palabra al respecto, pero creo haberte dicho que trataré tu pequeña vendetta cuando termine mis propios asuntos —le recordó frunciendo el ceño, luciendo frío y cansado— Si no tienes nada más que decir…
—Y creo haberte dicho que eres Sasuke Uchiha —El pelinegro la miró sorprendido—, seducir a dos mujeres no debería ser nada para ti. Eres una leyenda.
—Itachi es una leyenda —dijo con media sonrisa— yo soy sólo el segundo acto de una complicada, complicada obra.
—El segundo acto es siempre mejor que el primero —dijo Ino con algo de compasión, y extrañamente, Sasuke le creyó. Necesitaba oír que alguien dijera eso, aunque fuese una traidora de primera como ella—. Siempre comparas tus conquistas y tus logros midiéndote con lo que Itachi ha hecho antes, ¿por qué no intentas algo que él nunca hizo? Tener a ambas bajo el mismo techo y estar follando con las dos, sería algo que ni si quiera el "grandioso" Itachi ha conseguido.

Sasuke bajó la mirada pensativo intentando absorber lo que acababa de escuchar. A veces se preguntaba si Ino decía esas cosas en serio o sólo lo estaba intentando manipular. Era la única persona que se le acercaba sin importar cuando la intentaba destrozar, como si no le tuviese miedo, como su igual. Por lo mismo, porque reconocía en ella tantas cualidades que había en él, sabía que confiar en sus palabras era lo mismo que confiar en que Santa bajara por la chimenea y que el conejo de Pascua jugara póker con él durante el fin de semana. Ambos eran de naturaleza traicionera, nunca decían la verdad y peor aún, se divertían mintiendo.

—¿Qué ganas tú con todo esto Ino? —le preguntó finalmente subiendo la mirada— No puede ser sólo por querer destrozar a Uzumaki. Ambos sabemos que no vale tanto como para querer gastar tu tiempo y energía vengándote de él.
—Tú mismo lo dijiste. No vale nada —respondió Ino con una cierta amargura—, alguien que no vale nada me rechazó. Me hizo sentir como si yo valiese menos que nada y… —sonrió con gracia subiendo los hombros— aquello hirió mis sentimientos.
—Creo que tú y yo somos personas más sensibles de lo que mostramos —dijo con sarcasmo.

No le creía nada. Esa sonrisita falsa se contraponía mucho con la mirada divertida que estaba intentando ocultar. Él era un Uchiha y si en algo se podía destacar su familia era precisamente en reconocer cuando alguien estaba disfrutando del dolor ajeno más de la cuenta.

Ino estaba haciendo todo eso porque le divertía, y … ¿Quién era él para arruinar su diversión?

Cerró la puerta de su habitación y se volteó totalmente hacia su hermanastra. De cualquier forma estaba tan molesto que aquello podría incluso beneficiarlo un poco.

—¿Dónde está la pequeña Haruno?

Sakura Haruno era una menuda y graciosa jovencita de dieciséis años como cualquier otra. Creciendo, había asistido a un colegio católico en donde sólo se permitía la entrada de mujeres, por lo cual a pesar de sus mejores esfuerzos solía ser un poco torpe cuando se trataba de comportarse con hombres presentes. Todo el tema masculino era un enigma para ella, algo que llamaba su curiosidad más que cualquier otra cosa en la gran manzana, por lo cual, cuando el encantador hermano mayor de Ino la invitó a quedarse, no pudo más que asentir mientras su yo interno gritaba de felicidad insistiendo que tal vez tendría una oportunidad de deslumbra a Sasuke Uchiha mientras los dos permanecían ahí.

Sin embargo, no pensó que esa oportunidad llegaría a ella a las dos de la mañana mientras caminaba de vuelta con el vaso de té helado que Ino le había pedido fuese a buscar a la cocina.

—Buenas noches, Sakura —casi dejó caer el vaso cuando al dar vuelta por el pasillo se encontró con él.

A pesar de la hora, se veía fresco como si la noche fuese su aliada. Su voz era atractiva, incitante, salida de un sueño entre las sombras de ese corredor. Se sintió de cierta forma fascinada con su presencia y los rasgos en su rostro, demasiado masculino para que aquello fuese una ilusión, demasiado apuesto para que fuera realidad. Sasuke Uchiha era perfecto y al mismo tiempo demasiado inalcanzable para alguien tan común como ella. Él estaba fuera de su liga.

—¿Se podría saber que haces merodeando por la casa? —le preguntó con la cortesía propia de un caballero, pero con media sonrisa en su rostro.
—Disculpe, no pensé que hubiese alguien despierto a esta hora —dijo intentando acomodar su pijama para que no mostrara tanta piel—. Ino me pidió que fuera por un poco de té helado para ella, estábamos conversando antes de dormir.

Mientras hablaba notó como el Uchiha se acercaba a ella. Cada paso que daba en su dirección aceleraba un poco más su corazón. Se sonrojó en el acto. Era evidente que se sentía atraída hacia él, lo había encontrado encantador desde el primer momento en que lo había visto caminando hacia ella sin mirarla, sin mostrar ningún interés en su persona.

No obstante, al contrario de esa ocasión en la cual su presencia había pasado inadvertida, sus ojos negros la miraban con un extraño brillo que la hacía sentir intimidada y al mismo tiempo fascinada, como una polilla que se acerca demasiado a las llamas de una fogata durante la noche.

—¿Ino te mandó a buscarle té? Que desconsiderada —dijo Sasuke con seriedad—, me acaba de decir que va a dormir y que te de las buenas noches.
—Oh… ya.. ya veo —dijo Sakura avergonzada, no estaba en su casa y Sasuke la hacía sentirse empequeñecida—. Bueno, entonces creo que debería irme a dormir también. Que descanse.
—¿No me vas a dar un beso de buenas noches? —le preguntó interponiéndose en su camino— No se si sentirme herido y ofendido por tu indiferencia.

Sakura subió la mirada y tuvo que pellizcarse mentalmente para asegurarse de lo que acababa de escuchar. Sus enormes ojos jade se enfocaron en él sorprendida de su pedido. Tal vez sonara inocente para cualquiera que un hombre le pidiera a una mujer un beso de buenas noches, pero recordemos que Sakura, al ser criada en un lugar lejano y rodeada de mujeres, no sabía interactuar con el sexo opuesto. Con suerte había compartido una que otra tarde con Naruto a quien consideraba como un hermano menor por la estrecha amistad entre sus padres.

—¿Por qué luces tan sorprendida? —preguntó Sasuke parándose justo frente a ella y quitándole el vaso de té helado para darle un sorbo, luego lo dejó sobre la mesa del pasillo.

Sakura frunció los labios sintiéndose aún más avergonzada. Le hubiese gustado no haber hecho de aquello un alboroto pero no podía evitarlo, Sasuke Uchiha, el Sasuke Uchiha, estaba parado frente a ella y esperaba un beso de buenas noches.

Respiró profundo, tomó valor y se puso de puntillas para besarle la mejilla con rapidez. Se sonrojó aún más profundamente cuando lo escuchó chasquear la lengua como si estuviese irritado por lo que acababa de hacer.

—Pe..pero… me dijiste que…
—Te pedí que me besaras para desearme buenas noches —insistió Sasuke—. Eso no fue un verdadero beso. Eso es lo que le darías a tus padres antes de dormir.
—¿Un… verdadero beso? —preguntó incrédula, ¿estaba escuchando lo que estaba escuchando o en cierto momento había perdido el conocimiento y todo eso era una mala pasada de su mente?— ¿Cómo en las películas?

Sasuke bajó el rostro y suspiró con pesar, llevando la palma de su mano a su cien. Se veía cansado e irritado, como si no pudiese creer lo que acababa de escuchar.

—Sí, como en las películas. Un beso en los labios —respondió intentando ocultar lo fastidiado que se sentía.
—Pero… no somos novios —dijo ella sorprendida y avergonzada—. Yo… nunca he besado a un chico. Quiero que mi primer beso con un hombre sea especial y…
—Sakura, Sakura… calma, respira —le indicó poniendo las manos sobre sus hombros—, sólo te pedí esto porque, tú me gustas. Pero no tienes que inventar escusas si no me quieres besar —su voz sonaba algo herida—. Entiendo que no sientas lo mismo por mí. Pensé que eras distinta.
—¡Espera! —le pidió cuando él se dio la vuelta, tomándole el brazo con rapidez— Tú me gustas también. Me gustas mucho, desde que te vi ese día no he parado de pensar en ti.
—¿De verdad? —preguntó Sasuke sin voltearse.

Sonrió. Había sido más fácil de lo que pensaba.

—Sí —confesó bajando levemente el rostro. Su corazón latía tan fuerte que podía escucharlo retumbar en su pecho.
—¿Por qué debería creerte? Tal vez eres igual que todo el resto.
—No lo soy… ¡Lo prometo!
—Desde que llegaste no has hecho otra cosa que ignorarme —le recriminó con frialdad—. Tu indiferencia me tiene harto.
—Eso no es así —se defendió lo mejor que pudo—. Sólo pensé que era imprudente de mi parte intentar acercarme a ti de forma tan directa porque no quería…
—Entiendo —la interrumpió Sasuke— A mi juicio, siguen sonando como escusas porque Naruto te agrada más que yo.
—¿Naruto? —¿Qué tenía que ver el rubio en todo eso? Lo veía como un hermano menor, uno muy tonto e infantil… no como el hombre que se paraba frente a ella, con ese aire a peligro emanando de él— ¡Te equivocas! Sólo somos amigos.
—Repito, ¿Por qué debería creerte?

Sasuke se volteó lentamente y la miró con fijeza a los ojos sin pestañar. Si de por si las mejillas de Sakura estaban sonrojadas, su pálido rostro se tiñó de un rojizo intenso mientras intentaba controlarse a sí misma y tomar valor para hacer lo que debía hacer.

Recordó todo lo que Ino le había enseñado al respecto. No era momento para acobardarse. Tenía la posibilidad de conquistarlo si le daba lo que quería, si podía lograr complacerlo de alguna forma.

Nuevamente se puso de puntillas y tomó el rostro del joven con ambas manos sellando un beso sobre sus labios. Fue torpe, tosco y rápido, pero para Sakura Haruno fue el mejor momento de su vida hasta entonces.

Cuando sintió las manos de Sasuke tomarla por la cintura y tirarla hacia él pensó que iba a desfallecer. La lengua del Uchiha se introdujo en su boca sin respeto alguno por su espacio reclamando lo que en ese momento pensaba que se había ganado con su afirmativa a besarlo.

Pensó en Ino. Ella le había dicho que aquello era normal entre los hombres y las mujeres, e intentó imitar lo que le había enseñado esa velada… pero no estaba del todo segura si lo estaba haciendo bien o no.

. . . . . . . . . . . . . .

—¿En serio nunca le has dado un beso a un chico? —le preguntó Ino mientras le cepillaba el cabello, ambas en pijama listas para dormir.
—No, nunca. Mi colegio era sólo de mujeres —respondió Sakura un tanto avergonzada—. No se nada sobre hombres, ni que hacer para llamar su atención. Para empeorarlo todo, no soy tan refinada o bonita como tú o el resto de las chicas en esta ciudad… Parezco ser invisible para tu hermano.
—¿Cuál de los dos? —preguntó Ino sorprendida— Itachi es lindo pero la diferencia de edad es mucha para que se fije en ti.
—Eso lo sé, me refería a Sasuke —confesó suspirando—. Es… encantador. Tienes suerte de poder estar con él todo el tiempo.
—Sasuke es muy atractivo, pero es mi "hermano" —dijo Ino tapando su sonrisa—. Sería muy incorrecto que me fijara en él de la forma en que sugieres.
—No quise decir que…
—No te preocupes, sólo estoy bromeando Sakura.
—Ino, tu sabes mucho más que yo de estas cosas… por favor ayúdame. Sé que suena muy extraño considerando que apenas lo conozco y que no hemos cruzado más que un par de palabras… pero… creo que lo amo.
—¿Amas a Sasuke? —preguntó Ino fingiendo sorpresa— Entonces tenemos que hacer todo lo posible para que sea tu novio.
—¿De verdad? —la cuestionó ilusionada— ¿Me ayudarías a conquistarlo?
—¡Por supuesto! ¿Para qué están las amigas? —le respondió Ino abrazándola por la espalda.
—¿Qué tengo que hacer para conquistarlo? Tú lo conoces mejor que nadie.
—El secreto para conquistar a un hombre, cualquier hombre no sólo Sasuke, es darle lo que ellos quieren.

La rubia sonrió como un felino al encontrar su presa. Por supuesto, Sakura no lo advirtió pero para Ino ya iba siendo hora de divertirse con ella.

Se sentó frente a Sakura en la cama y le tomó las manos mirándola sin pestañar y con seriedad. La pelirrosa supo que estaba a punto de escuchar una gran revelación.

—Escucha, los hombres son como niños que quieren un juguete. Y ese juguete está justo entre tus piernas.
—¿Perdón? —preguntó Sakura frunciendo el ceño.
—Sin importar lo que te digan, siempre están buscando lo mismo. El secreto que la mayoría de las mujeres no entiende es que nosotras tenemos poder sobre el juguete que ellos desean.
—¿Estamos hablando de…? —preguntó confundida y un tanto avergonzada por su ignorancia sobre el tema.
—Sexo —respondió Ino subiendo el dedo índice—. Las mujeres tenemos ese poder sobre ellos, la capacidad de hacerlos sentir bien, de satisfacerlos completamente, pero para eso tienes que dejar de lado tus preconcepciones de lo moralmente correcto y entregarte a lo que tu instinto pide.
—¿Te refieres a…yo hacerlo… con él? —las mejillas de Sakura se volvieron rojas— ¿Pero cómo voy a hacer eso si ni si quiera sé dar un beso?

Ino sonrió una vez más acercándose a ella, acariciando su mejilla como una hermana comprensiva que escuchaba a otra. Sakura se sintió bien con su tacto, nunca había conocido a alguien tan complaciente como la rubia. Escuchaba sus preocupaciones sin reírse de ella, sin pensar que era una tonta por no saber cómo conquistar a un hombre.

—Sólo debes dejarte llevar. Dar un beso no es difícil —se acercó a ella y le tomó las mejillas—. Inténtalo conmigo.
—¿¡Qué?! Pe..pero Ino, yo no… a mi no me gustan las mujeres, esto es muy raro —exclamó alejándose de inmediato, rompiendo el contacto entre ambas.
—No seas ridícula, a mí tampoco me gustan las mujeres —alegó Ino—. Sólo te voy a enseñar cómo dar un beso. Deja de actuar como si aún vivieras en el campo. Aquí todas aprendemos a dar besos de esta forma. Es mucho mejor practicar con una amiga que avergonzarte frente al chico que te gusta.
—Pero no es correcto —se quejó la chica haciendo un leve puchero.
—¿Quién dice que no es correcto? ¿Las monjas que te hacían clases? Ellas no saben nada y están casadas con un hombre que murió hace dos mil años. —Ino suspiró— Nadie lo sabrá, además ¿Quieres hacer el ridículo cuando beses a Sasuke? —le preguntó poniendo sus manos sobre los hombros de Sakura— Será un secreto entre las dos. Sólo quiero ayudarte.

Sakura la miró dudosa. Había una voz gritado en su cabeza que le decía que lo que estaban haciendo no era normal, que las amigas no se besaban así como así. Sin embargo, Ino estaba actuando con tanta naturalidad que en el fondo pensó que tal vez estaba exagerando un poco. Después de todo, era sólo un inocente beso… ¿Qué podía ocurrir aparte de ello?

—Está bien —dijo cerrando los ojos con rapidez.
—¿Qué haces? —le preguntó Ino divertida.
—¿No me ibas a besar?
—Te voy a enseñar como hacerlo. Abre los ojos —Ino la sacudió levemente y ella subió los párpados, enrojeciéndose de inmediato—. Primero, debes inclinarte con cuidado hacia la persona que desees besar, así. Asegúrate de ladear levemente el rostro para que tu nariz no choque con la de él.

Sus rostros estaban tan cerca que Sakura podía sentir el aliento de Ino chocando contra su boca mientras le hablaba. Su ritmo cardiaco empezó a acelerarse mostrándose tan incómoda como se podía estar en esa situación. No obstante, para Ino parecía no ser nada.

—Y luego, te humedeces levemente los labios y los rozas contra los labios de la persona que quieres besar, lento, suave, como si los masajearas —Sakura asintió—. Inténtalo.

Nunca pensó que su primer beso fuese con una chica. Había practicado más de una vez besando su mano o el espejo, pero la sensación que obtuvo de acariciar los labios de Ino fue completamente distinta. No pudo evitar temblar cuando sintió que su amiga también movía la boca, atrapándola, humedeciéndola, acariciando su mejilla con cuidado. Cuando se separaron, extrañamente, deseó que no se hubiera acabado.

—¿Ves? Es fácil —exclamó Ino sonriendo.
—Sí, no es tan difícil como parece.
—Ahora, intentemos un beso francés.
—¿Un beso francés? —preguntó Sakura extrañada.
—Claro, como en las películas. Haz lo mismo, pero esta vez, toca tu lengua con la mía.

Cuando se acercó a Ino no tuvo la misma vergüenza que había sentido en un comienzo. La besó sin preocuparse del hecho que ambas fueran chicas y que las voces en su cabeza de las distintas monjas que le habían hecho clases le dijeran lo atroz que era que dos mujeres se relacionaran de esa forma.

Si no hubiese estado sentada de seguro habría necesitado hacerlo. Sus labios suaves contra los de ella, su lengua pidiéndole permiso para adentrarse en su boca, la saliva tibia de ambas mezclándose… era demasiado para haberlo soportado sin caer desfallecida ante la forma en que Ino demandaba más de sus labios. Eran suaves, delicados y gentiles, pero también ardían contra su piel.

Cuando se separaron, Sakura experimentó la sensación de flotar en las nubes, como si estuviese bailando entre el cielo y la tierra, demasiado confundida para atreverse a preguntar si Ino sentía lo mismo. Podía entender ahora por qué todos los que había conocido en Nueva York parecían tan obsesionados con los besos y el sexo.

—Lo hiciste muy bien —dijo Ino animada poniéndose de pie sin si quiera sonrojarse para volver a cepillar su cabello—. Eso es todo lo que tienes que hacer para tener a Sasuke rendido a tus pies.

. . . . . . . . . . . . . .

Por un momento Sasuke pensó que no podría seguir con eso. Escucharla hablar de besos de película, novios y lo especial que debía ser la primera vez le revolvió el estómago. Las primeras veces siempre son torpes y poco memorables en los lugares menos hospitalarios del mundo. No sabía por qué las mujeres insistían en esas estupideces, seguramente era un complejo de princesa que cada una de ellas llevaba en el interior. Sí, Disney había jodido la vida de más de una pseudo princesa.

Sakura Haruno era un problema de Ino y él era el tipo de persona que causaba problemas, no los limpiaba. No obstante, un trato era un trato y pretendía cumplir con su parte. Por lo cual, la besó sin importarle que nada en su cuerpo estuviese incitándolo a hacerlo. Era algo con lo que debía terminar rápido y ya.

Se sintió victorioso cuando ella no lo rechazó al tocarle un seno. No pensó que sería tan fácil invadir su privacidad pero al parecer, la pequeña campesina se estaba entusiasmando más de la cuenta con todo eso. De cierta forma, esa sensación de triunfo era bastante rutinaria. No había conocido una mujer que pudiese resistirse a él aparte de Ino Yamanaka, y ahora, Hinata Hyuga. Sin embargo confiaba lo suficiente en sí mismo para quebrar la pequeña fachada de cristal virginal de la Hyuga, no así con Ino, quien lo rechazaba constantemente para demostrarle que ella era superior a él.

Cuantas veces había deseado poder demostrarle que se equivocaba. Hasta entonces no había tenido la oportunidad de hacerlo y sus posibilidades se alejaban cada vez más al notar que su apuesta estaba en una situación crítica. Tampoco estaba continuando con eso por el mero placer de estar entre las piernas de su hermanastra … Hinata se había convertido en un asunto de ego.

Intentó olvidarse de las dos mujeres que hacían de su vida un verdadero infierno y besó a Sakura con fuerza. En su mente era Ino. En su mente era Hinata. En su mente eran todas las mujeres que alguna vez había destrozado.

Sakura trató de seguirle el ritmo mientras se adentraban a su habitación, pero le resultaba casi imposible. Él tenía experiencia y ella no. Sería él quien marcara las pautas para su encuentro y no al revés, a ella le quedaba ser el consuelo que buscaba para no sentirse tan solo esa noche.

Sus manos se colaron entre la ropa de la chica, tocando sus pequeños senos, presionándolos, apretándolos, queriendo deshacerse de aquella ropa que le impedía hacer con su cuerpo lo que quería hacer con el de Hinata. Sin pensarlo mucho tomó el borde inferior de su camisón de dormir para sacárselo sobre los hombros.

Fue entonces que se encontró con la primera resistencia de la noche, al sentir como ella intentaba mantenerlo en su lugar.

—Sasuke, no sé si…
—Shhh… hazme feliz —su boca la calló rápidamente.

No quería recordar que era ella a quien le iba a robar su inocencia y no Hinata. Cerró los ojos mientras ambos se recostaban sobre su cama. Apagó la luz chasqueando los dedos dos veces; en algunas ocasiones ayudaba a las primerizas hacerlo en la oscuridad sin tener que verse al rostro, sólo sentir, dejarse llevar. Lo único que esperaba era que no le manchara las sabanas. Sólo pensar en ello lo repugnó.

¿Pero qué más daba? No estaba ahí porque lo quisiera disfrutar o porque esa chica lo atrajese. Tenía que cumplir su parte del trato, darle a Ino un momento de satisfacción. Era curioso… estaba a punto de penetrar a esa joven pero estaba pensando en el placer de su hermanastra.

¿Quién decía que era egoísta?

No sabía en qué momento Shisui había cambiado las botellas de Corona por vasos de whiskey en las rocas. Lo que sí sabía era que pronto su lengua se fue soltando y terminaron conversando hasta entrada la noche a pesar de sus intentos por hacer que se fuera a dormir.

Debían ser las dos o tres de la mañana cuando finalmente su primo se quedó dormido sobre la silla de playa, demasiado ebrio para levantarse e ir a su propio cuarto. En ese momento, Itachi aprovechó su inconsciencia para retirarse a su habitación.

Sabía que Sasuke había vuelto alrededor de media hora antes pues escuchó el motor de su automóvil junto con el sonido de las puertas que se abrían y cerraban de golpe. Ni si quiera consideró ir a ver si estaba bien, pues no quería irrumpir su tiempo a solas con Hinata Hyuga. Si él deseaba demostrar un punto intentando conquistarla, lo dejaría hacerlo. No se sentía amenazado por su hermano, al menos no por el momento. Sasuke todavía estaba llevando todo ese asunto de forma superficial, fingiendo ser alguien que no era, intentando impresionarla a cualquier costo. Fingir no iba a bastar. No si quería competir con él.

Sabía que cuando Sasuke viera a Hinata junto a él en el partido de Polo, animándolo, llevando sus colores, sería el principio y el fin de algo.

Estaba listo para ello.

Shisui lo había dicho, era una declaración de guerra.

Ni si quiera era algo nuevo entre ambos, de vez en cuando, Sasuke se proponía superarlo en algún ámbito de sus vidas sólo para darse cuenta que siempre sería el segundo. No era culpa de Itachi ser destacado en todo lo que hacía y de seguro no era su intención hacer que su hermano menor viviera siempre relegado a un segundo plano. No obstante, hay personas que nacen teniendo más habilidades naturales para algunas cosas que otras. En el caso de Itachi, había nacido con todas las habilidades naturales para ser el mejor, fuera lo que fuera que hiciera, y aquello molestaba a Sasuke, pues sin importar cuánto se esforzaba nunca llegaba al nivel de Itachi Uchiha. Por lo tanto, hacía mucho tiempo, alrededor de la época en que Mikoto Uchiha falleció, Sasuke simplemente dejó de intentarlo, abnegándose a ser lo que era, hundiéndose en una oscuridad que le sentaba cómoda, creciendo resentido, aburrido y muy enojado.

Sólo no te quejes cuando todo esto te explote en el rostro.

Shisui era el ser mas intuitivo que conocía. Tal vez ya se había dado cuenta de todo. Tal vez tendría que apresurar las cosas un poco o podría intentar detenerlo. Así era su primo, siempre intentando protegerlo, incluso de cosas que él mismo estaba dispuesto a sacrificar.

Atravesó el pasillo en completo silencio dejando que la oscuridad lo rodeara. La verdad, siempre había sido un ser nocturno. Le gustaba dar vueltas de noche, quedarse leyendo, escuchando música, dibujando o incluso fumando tabaco mientras bebía algo. El día y él no se llevaban del todo bien. Nunca le había gustado el sol, le dolían los ojos con la luminosidad y su piel se ponía roja.

Sin embargo, lo que no esperó escuchar en el eco del pasillo en esa espesa oscuridad fue el sonido de gemidos provenientes desde las habitaciones de Sasuke e Ino. En un comienzo pensó que tal vez, después de todo ese tiempo, sus hermanitos habían decidido acabar con su tensión sexual y habían cerrado el asunto antes de entrar a clases. Sin embargo, Sasuke había salido esa noche con Hinata, por lo que aquello sólo podía significar…

La realización de que sus planes no habían salido tal como los esperaba lo hizo fruncir el ceño. Las cosas no debían suceder así. Se suponía que la señorita Hyuga no era una mujerzuela, al contrario, representaba otro tipo de valores. Sintió un nudo en su garganta y no supo bien el origen de éste.

Suspiró abnegado y sonrió experimentando una extraña molestia en el estómago y al mismo tiempo una sensación de vacío.

Por primera vez en su vida algo no había salido tal como lo había anticipado.

Había invertido bastante de su tiempo pudiendo afinar su plan sólo para verlo colapsar con los jadeos que chocaban contra las paredes haciéndolas murmurar y deleitarse en esa noche de verano. Aquel era el sonido de la derrota; Sasuke había ganado, él había perdido.

En todos los sentidos.

Su hermano seguiría siendo el sujeto superficial, frío y ruin que venía siendo hace años porque una vez más había obtenido lo que quería a base de mentiras y engaños… seguiría en ese ambiente en que todos juegan con las personas, en que los sentimientos son una debilidad y no una fortaleza, en que la palabra amistad no existe, en el cual el honor vale tan poco como la ropa de la temporada pasada. El juego parecía nunca terminar sin importar qué pasara. Tal vez el asunto ya estaba fuera de su alcance y no podía hacer nada al respecto, sólo ver a su hermano menor hundirse cada vez más en el mismo mundo que casi lo había terminado destruyendo.

Suspiró y bajó el rostro, siempre digno e inexpresivo. Había perdido a Hinata contra su hermano, quien seguramente la tendría esa noche para luego desecharla. Lo triste del asunto, es que realmente se sintió culpable de haberla puesto en medio de ambos. Esa joven se merecía algo mejor que cualquiera de ellos. Era demasiado luminosa para verse hundida por la oscuridad de la familia Uchiha.

Siguió avanzando por el pasillo intentando ignorar los sonidos. Quería llegar a su propia habitación y analizar lo que había salido mal, tal vez poner el marcha lo último que quedaba por hacer… cuando de pronto al doblar por el pasillo, se topó frente a frente con alguien que no esperaba encontrar ahí. Frunció el ceño en sorpresa y sucedió algo que Itachi no experimentaba con frecuencia… se sintió confundido.

—¿Hinata-san? —si ella estaba en ese lugar, ¿Quién estaba con Sasuke?
—Buenas noches. Disculpe… no sabía que estaba despierto —dijo la joven evitando mirarlo por alguna razón. Itachi lo notó de inmediato.
—Se me hace dificultoso conciliar el sueño con esta temperatura. Estaba nadando en la piscina junto a Shisui —dijo con formalidad— ¿Sucede algo?

La chica asintió algo afligida. Itachi adivinó por ese gesto triste que seguramente tenía que ver con su hermano. Bajó el rostro un tanto avergonzado por tener que estarla haciendo pasar por todo eso. La joven estaba en medio de una disputa que en realidad ni si quiera era de ella y ahora comenzaba a pagar las primeras consecuencias de un duelo entre Uchihas. Y las seguiría pagando e Itachi sólo podría observarla sufrir en silencio. Estaba dispuesto a verla pasar por todo ello porque así lo había decidido desde un comienzo. No iba a retroceder en su intención de conquistarla.

Fuese lo que fuese que Sasuke le había hecho, ese aire alegre y optimista que había emanado de ella todo el día tanto en el museo como en el parque, se había desvanecido hasta convertirse en nada. Sasuke tenía ese efecto en las personas y ni si quiera se daba cuenta de ello… era algo respetable a los ojos de Itachi, horrible, pero respetable. Podía destrozar los sentimientos de los que lo rodeaban sólo con un par de palabras.

—Discutí con su hermano y… perdí mi paciencia y yo… yo lo golpeé —dijo finalmente—. No fue un golpe, más bien, bofeteé su rostro. No podré dormir a menos que a-aclare las cosas con él. Por lo general no actúo así pero…
—No tiene que explicarse —la interrumpió Itachi—, sé mejor que nadie que Sasuke puede sacar lo peor de las personas de vez en cuando.

Hinata sonreía de forma bastante forzada. Hasta Itachi podía notar la forma en que sus ojos lucían decaídos y lo miraban con desconfianza en la oscuridad. De seguro Sasuke no se había contentado sólo con destruir su imagen frente a ella, sino que se había encargado de destruir la de Itachi también. Conocía el estilo de pelea de su hermano.

—Fue muy grosero conmigo —dijo Hinata con melancolía. No parecía enojada, más bien triste.
—Le pido perdón a nombre de…
—No..no es necesario yo… sólo necesito hablar con él —la joven subió sus rostro y lo miró levemente sonrojada. Lo pudo ver por la tenue luz que se colaba del pasillo principal— ¿Me podría indicar cuál es la habitación de su hermano?

Y entonces golpeó a Itachi lo que significaba cumplir con su requerimiento. Si Hinata caminaba junto a él por ese pasillo, escucharía a Sasuke. Entendería lo que él estaba haciendo, ya fuera con Ino, con alguna empleada, con Sakura o alguna de las jóvenes de la zona que frecuentaban la mansión en verano (Generalmente para visitar a Shisui). Si eso ocurría, Sasuke estaría fuera del juego y él ganaría, una vez más, sin mover un dedo. Arruinaría por completo cualquier posibilidad de que Sasuke pudiese competir contra él como iguales.

—Sasuke está durmiendo. Acabo de pasar por su habitación —poder mentir sin que nadie cuestionara sus palabras era una de sus mejores cualidades.
—Ya veo —dijo ella un tanto desanimada.
—No se preocupe al respecto. De seguro cuando haya despertado y tenga la cabeza fría, será él quien la busque para disculparse.
—Si usted lo dice —dijo un tanto más animada—. Fue iluso de mi parte creer que estaría despierto a esta hora.
—No realmente, la mayoría de mi familia no duerme mucho de noche —era una mala costumbre, pero todo eran seres nocturnos—. Estoy seguro que Obito y Naruto aún deben estar jugando videojuegos en el salón.

Hinata asintió como si la idea de encontrarse con ellos dos, a esa hora, no fuese del todo mala.

—Muchas gracias —le hizo una pequeña y cortés reverencia muy oriental—, volveré a mi habitación y seguiré estudiando. El plazo para mi examen se acorta…
—O quizás… —la interrumpió Itachi sin saber porque esas palabras salían de su boca, simplemente no quería que se fuera tan pronto— ¿Quiera tomar un poco de leche tibia conmigo? Eso me ayuda a dormir cuando algo me mantiene en vilo. Quizás la ayude a encontrar su sueño.
—Eso me gustaría mucho. Si no es molestia —dijo la joven sonriendo con melancolía— hay algo que… que me gustaría hablar con usted.

Itachi sonrió de vuelta y por algún motivo, sintió que se podría acostumbrar a tomar leche tibia en medio de la noche con alguien como ella junto a él.

—Por supuesto. No es ninguna molestia —respondió mientras estiraba su mano con la palma extendida hacia arriba.

Hinata miró su mano dudosa por un instante, incluso sorprendida. Itachi no se movió un centímetro esperando su reacción, analizándola con cuidado. Cuando la joven puso sus dedos delicadamente sobre su mano y él la sujeto con gentileza, supo… que efectivamente todo le explotaría en el rostro, tal como Shisui se lo había advertido.

Es todo un acto, ¿Sabes?

De todas las personas que se estaban quedando en ese lugar, no pensó que se encontraría con Itachi Uchiha en el corredor. Su propósito para ir a esa ala del hogar de los Uchiha había sido encontrarse con Sasuke, confrontarlo y preguntarle por qué le estaba haciendo pasar por tan malos momentos ahí. Encontrarse con el mayor de ambos hermanos no estaba dentro de sus planes, pero tampoco eran opuestos a sus deseos;Itachi era la persona más agradable a su punto de vista dentro de ese lugar.

Itachi es el peor de todos.

Las palabras de Sasuke se repetían una y otra vez en su cabeza haciéndola sentir un leve enfado. A veces se comportaba de forma dulce e inofensiva y era precisamente en esos momentos en que se sentía en más peligro estando cerca de él. Otras, era indiferente y lejano, ocasiones en las cuales de hecho creía que había algo en él que valía la pena conocer… pero claro, siempre lo arruinaba volviéndose a mostrar como todo lo que ella pensaba estaba mal con el mundo.

Entrar a la enorme cocina de los Uchiha fue una nueva experiencia, pero Itachi parecía tan cómodo en el lugar que ni si quiera le preguntó si necesitaba ayuda. Lo miró con admiración mientras sacaba un cartón de leche de refrigerador y lo vertía en una pequeña olla, agregando un toque de canela y una pisca de azúcar. Nunca se imagino que un hombre pudiera verse tan masculino haciendo una labor que ella consideraba de mujeres, pero Itachi parecía romper el molde en más de un sentido. Verlo con esa fascinación la hizo darse cuenta del efecto que ese joven tenía en ella.

Suspiró con tristeza, ¿por qué no podía simplemente irse de ese lugar y que esos Uchiha la dejaran en paz? Su vida parecía tan cómoda y segura antes de conocerlos, ahora todo en su mente daba vueltas y las cosas que parecían haber sido seguras y verdaderas se volvían cenizas.

—¿Sabe por qué la leche es buena para ayudar a dormir? —preguntó de pronto Itachi mientras colaba el líquido caliente en dos hermosas tazas de porcelana. Hinata negó observando los palitos de canela flotando— La leche tibia contiene triptófano, que ayuda a la producción de melatonina, que de hecho regula el sueño.

Sólo desea cogerte y abandonarte como siempre lo hace.

Hinata lo escuchó sintiéndose extraña. Quería negar todo lo que había escuchado, realmente lo quería hacer… pero Sasuke había sonado más sincero en ese momento de lo que había sonado en toda la noche. Kiba le había advertido que se alejara de Sasuke Uchiha pero nunca dijo nada de Itachi… nunca le dijo qué tipo de persona era y todo lo que había conocido de él en esos días había sido maravilloso. No entendía cómo podía ser posible que un hombre como él fuese tan sólo un jugador y tampoco le cuadraba qué ganaría él acercándose a ella sin no tuviese una motivación para ello… ¿Qué ganaba con esa proximidad?

Es todo un acto. No le interesas.

—Y esa es mi forma de iniciar una conversación —dijo Itachi divertido mientras se sentaba junto a Hinata en la mesa de la cocina—, tal vez ahora me diga que es lo que le preocupa. Esto no puede ser sólo por Sasuke.
—Tiene razón, no lo es —respondió Hinata. Iba a ser honesta con él—. Itachi-san… hay algo que… que su hermano dijo que yo… yo quería… uhm… quería preguntarle.

Está jugando contigo y cuando termine de hacerlo se reirá en tu cara por lo estúpida que fuiste al pensar que alguien como tú le podría interesar.

Hinata bajó aún más el rostro sintiendo que se empequeñecía con cada palabras que decía. Itachi era una de las personas que mejor la había tratado durante su estadía, alguien que había sido amable y respetuoso, pero que al mismo tiempo la intimidaba cuando la miraba directo a los ojos como si estuviese desnudándola con la mirada. Se sentía estúpida la mayoría de las veces por dudar de las intenciones de un caballero como él… pero… las palabras de Sasuke se venían repitiendo una y otra vez en su cabeza y no podía dejar de pensar que tal vez, sólo tal vez, Sasuke Uchiha no había dicho eso sólo por resentimiento.

¿Te gusta mi hermano, verdad?

—¿Por qué es tan amable conmigo? —le preguntó un poco asustada.
—¿Por qué no lo sería? —le contestó su pregunta con otra poniéndola en una situación delicada.
—Creo que me expresé mal —dijo dubitativa— ¿Qué gana siendo amable conmigo?
—¿Ganar? —Itachi se veía un tanto descolocado, su ceño estaba fruncido y la miraba con incredulidad.

Se quedó en silencio, mirándolo directamente a los ojos como si estuviesen compitiendo viendo quien cedía primero. Hinata intentó mantenerse firme, porque el silencio y el tiempo que se estaba tomando en responderle le hacía dificultoso creer que no había algo que ganar tratando con ella de esa forma, acercándose lentamente, ganando su confianza, siendo adorable, respetuoso y caballeroso. En esa ciudad donde nada era gratis, estaba segura, que la amistad de Itachi Uchiha tampoco podía serlo. Así funcionaba Manhattan, así eran las cosas en su delicado círculo social.

—Ya veo —dijo finalmente Itachi—. Usted cree que al acercarme y ser amable busco ganar más de lo que puede ofrecerme, ¿verdad?
—Le he ofrecido mi amistad…
—Pero Sasuke le aseguró que busco más que eso —susurró Itachi sin mirarla. El corazón de Hinata se saltó un latido al verlo titubear—. Y tiene razón. Se lo dije la primera vez que hablé con usted. Leer su manifiesto me hizo ver las cosas que faltan en mi vida. Usted es una de ellas. No quiero ser sólo su amigo.
—Yo tengo novio —dijo Hinata retrocediendo y esquivando su mirada de inmediato—. No es apropiado que me diga estas cosas.
—Lo sé. —Hinata frunció el ceño, ¿no iba a intentar nada raro como Sasuke?— Puede disfrutar de su leche con canela tranquila. Yo no haré nada para separarla de su novio ni volveré a tocar este tema. Preferiría que pretendiera que no tuvimos esta conversación. Nunca se lo habría dicho, pues sé que usted es una señorita y las señoritas no engañan a sus novios por mucho que se sientan atraídas a otras personas. Si se lo estoy confesando, es precisamente porque usted me lo preguntó —Itachi cerró los ojos con toda calma y bebió un sorbo de su taza de leche—. No soy un niño como mi hermano o su novio. No tengo razones para ocultar lo que quiero o siento. De cualquier forma, si algún día pudiera tener algo de usted, no sería sólo un romance de verano en el cual se sintiera culpable por engañar a su novio conmigo. Yo no me involucro con mujeres que tienen otros compromisos. Creo que merezco estar con alguien que sólo me tenga a mí en su mente cuando la bese, ¿no lo cree?

Los labios de Hinata se despegaron para responder algo, decir cualquier cosa, pero nada venía a ella. Lo único que podía escuchar era su mundo de cristal colapsando a su alrededor ante la forma de actuar de Itachi, tan lejano, compuesto y digno.

—No soy un niño —repitió con lentitud mirándola con una sonrisa bastante suave que hizo que algo en ella se derritiera—. Se lo que quiero. Y un romance de verano no es lo que estoy buscando "ganar" de usted siendo amable.

Era ella la que lo estaba rechazando de una manera bastante categórica, sin embargo, se sentía al revés. Que le dijera que no buscaba un romance de verano con ella descartaba todo eso de que sólo estaba jugando con ella como había dicho Sasuke. Podría fácilmente haberle negado cualquier cosa, sonreír y todo habría sido normal ¿Qué ganaba con mentirle sobre lo que deseaba?

Con esas palabras elegantes, algo se rompió dentro de ella. Sintió un nudo en su garganta y los deseos de correr surgieron con tanta fuerza que tuvo que respirar profundo para no avergonzarse aún más.

Sin embargo, como la dama que era, se sentó a su lado en silencio y se obligó a si misma a beber la leche tibia con sabor a canela. Ninguno se volvió a hablar, ni si quiera se miraron, pero de una cosa estaba segura… las palabras de Itachi se repetirían una y otra y otra vez en su cabeza por mucho, mucho tiempo.

Sentir gotitas de agua golpeando su rostro la hizo pensar que se estaba ahogando en un sueño. Abrió los ojos con rapidez buscando al responsable de ello. Apenas estaba entrando luz entre las persianas por lo cual podía decir que ya era de día o al menos estaba amaneciendo. Aún así, odiaba que la despertaran de esa forma e incluso más que alguien hubiese entrado a su habitación sin su invitación. De pronto las figuras dejaron de verse borrosas y se encontró con el rostro de su hermanastro parado junto a su cama.

Subió sus sábanas con rapidez para tapar su torso, bastante irritada de que él estuviese ahí mirándola divertido. Detestaba esa sonrisa en Sasuke.

—¿Qué quieres? —le preguntó molesta— ¿Nadie te enseñó modales? No se entra al cuarto de otro sin ser invitado.
—Está hecho —dijo con frialdad mientras se sentaba en el borde de la cama dándole la espalda—. Mi deuda contigo está saldada.
—Oh, era eso —Ino restregó sus ojos y se sentó en la cama bostezando y estirando los brazos coquetamente— ¿Cómo estuvo?
— Como enseñarle trucos nuevos a una mascota. Aburrido. Aunque no me puedo quejar —sus hombros se relajaron levemente cuando Ino lo abrazó por la cintura—. Pensé en ti todo el tiempo y se me hizo sencillo.
—Eres tan…
—¿Encantador? —la interrumpió.
—La palabra que buscaba era retorcido.
—Touchè. Yo me esfuerzo por consentirte en tus caprichos y tú me insultas. —Ino puso su mentón en el hombro de Sasuke y le besó la mejilla— ¿Esa es tu forma de pedir perdón?
—Tal vez —dijo ella con gracia.
—Espero que estés feliz. Acabas de arruinar a esa pobre chica cuya única culpa fue ser el objeto amoroso de Naruto. Si no fuera tan patético, sería hasta trágico.
—Me siento… complacida contigo —dijo Ino gateando fuera de la cama mientras abría las cortinas—. Me gusta cuando las cosas salen como las deseo.

Sasuke caminó hasta ella y la tomó de la cintura tirándola con fuerza contra la pared. Se acababan las bromas e Ino lo sabía al verlo reaccionar de esa forma. Fuese lo que fuese que hubiese ocurrido la noche anterior tanto con Sakura como con Hinata, Sasuke estaba de mal humor y no estaba de ánimo para estar aguantando su indiferencia.

—Complacida estarás cuando gane mi apuesta.

La dejó ir y se dio la vuelta caminando hacia la puerta sin voltearse una sola vez. Por un momento, Ino realmente consideró la posibilidad de que Sasuke se saliera con la suya. Si aquello ocurría, sería el primer acto para destruir a Itachi Uchiha.

Él siempre decía que le divertía observarlos luchar uno contra el otro, comparando su relación a una tragedia Griega. Ino le sonreía cada vez que lo decía y pretendía que no le molestaba, pero en el fondo lo único que deseaba era verlo ahogarse en sus propias palabras llenas de indiferencia.

Sí, sería una tragedia griega, pero Itachi Uchiha ni si quiera se imaginaba que en esta obra él sería el protagonista mientras ella observaba como su vida se caía a pedazos a su alrededor.

Por fin después de muchísimo tiempo actualicé este fic. Siguiendo la trama de Juegos Sexuales, Sakura fue "corrompida" (¿?) por Sasuke. El fic no se centrara en ese pairing pero, era algo que debía ocurrir para que la historia siguiera avanzando.

Muchas gracias a Nahuni y a Ania por su ayuda con la parte de Sakura xD Me ayudaron a escribir esos pasajes y creo que sola no hubiese podido porque el personaje me encrespa. Ni si quiera suelo tocarlo mientras escribo.
© 2012 - 2024 Sasha545
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Hola Sasha necesito una conti despues de 10 años de que no lo seguiste... necesito saber que final le vas adar a esta historia que me encanto ❤ :') amo el SH y me intriga mucho saber que va a pasar entre ellos dos y su final 😻