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Mi Camino del Ninja. Naruhina. Capitulo 11

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Sasha545's avatar
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CAPÍTULO 11

COSAS NUNCA DICHAS


Sus pisadas sonaban pesadamente en las cavernas de aquel escondite. Se preguntó cuánto tiempo había pasado dentro de ese lugar exactamente. Llevaba después de todo de escondite en escondite desde que tenía 13 años. Estaba harto de la oscuridad, de los olores de los químicos, de todo lo que significaba ser uno más de los juegos de Orochimaru.

Eso había cambiado ahora. Lo tenía claro. Estaba más confiado que nunca en que aquel hombre no podría volver a ponerle las manos encima. Se habían acabado aquellos días en que había temido morir en cualquier momento para que el hombre serpiente ocupara su cuerpo. No había forma que él pudiese hacerlo ahora. Sasuke Uchiha se había vuelto intocable y cuando Orochimaru arrastrara su asqueroso cuerpo para intentar hacerse con el suyo, moriría. La idea de ello lo hizo sonreír.

Apoyó una de sus manos en la perilla de la habitación que usaba para dormir cuando escuchó la fuerte respiración de alguien a través del pasillo. Se quedó quieto, esperando que diera la cara.

¿Cuánto tiempo lo habría estado esperando en ese lugar? Era tan patético, todo en ese hombre le resultaba patético. Alguna vez había sido un gran shinobi, pero ahora era sólo la sombra de lo que había sido. Ya le había enseñado todo lo que le podía enseñar y para Sasuke ya no tenía ningún uso, ya no podía seguir aprovechándose de él para aprender técnicas. Estaba decidido, tenía que abandonar a Orochimaru esa misma noche. No podía seguir retrasando su plan de venganza.

¿Estas esperando que te salude o algo así? – Le preguntó Sasuke mirando en dirección a las sombras del corredor.

Supimos que fracasaste en tu misión. – Su voz sonaba tan burlesca que a Sasuke se le revolvía el estómago. - Hiashi Hyuga está muerto y no tengo sus ojos.

No. – Respondió con seriedad volteando el rostro nuevamente hacia la puerta. – Mi misión fue todo un éxito.

¿Todo un éxito? ¿Tienes esos ojos entonces? – Preguntó con sarcasmo. – Lo último que supimos es que su hija mayor es la líder del clan ahora y que ella tiene los ojos que quiero. Puedes dejar de realizar tu pequeño acto para salvar rostro.

Sasuke permanecía impasible pero muy dentro de él quiso comenzar a reír.

Te repito Orochimaru, mi misión fue un éxito.

Se escuchó el gruñido de Kabuto entre las sombras también. Sasuke reconoció el brillo de sus anteojos. Siempre se tensaba cuando trataba al legendario shinobi sin ningún honorífico.

¿Por qué no me diviertes y me dices el por qué de ello, Sasuke-kun? – Orochimaru dio un paso al frente, sus ojos de reptil brillaron como vidrio producto de la luz que proyectaban las antorchas. Pasó la lengua por sus labios y miró a Sasuke de una forma casi pervertida. – Después de todo, siempre eres tan bueno cuando se trata de divertirme.

Hmph. – Sasuke se volteó por completo. Iba siendo hora de que Orochimaru muriese. – Puedo hacer algo mucho mejor que decírtelo, ¿Qué tal si te lo muestro?

Eso pareció capturar completamente la atención del hombre que sonrió ante la irreverencia de su pequeño pupilo. – Sasuke-kun… ¿Qué fue lo que hiciste?

Antes de que lo veas, ¿Por qué no me explicas que tiene de interesante el byakugan de Hinata Hyuga?

Tal vez también pudiese hacerse con la ayuda de esa chica si sus poderes eran tan interesantes como para capturar la atención de Orochimaru. Sabía que el sujeto capturaba personas con poderes y habilidades interesantes a través de todo el globo. En sus múltiples guaridas había conocido todo tipo de shinobis, desde un extraño chico que se disolvía como si fuera agua a alguien que contaba con el sello maldito original. Tenía planeado usarlos una vez que Orochimaru muriese para acercarse a Itachi en caso de que hubiese más miembros de Akatsuki cerca. Si Hinata Hyuga tenía una habilidad que le pudiese ser de alguna utilidad, se la llevaría con él.

¿Quién podría detenerlo? Ella era oficialmente suya, su prometida, su futura esposa si así lo quería. La idea de ello no le agradaba para nada, cuando llegara el momento tenía pensando buscar a una mujer de caderas anchas y cuerpo fuerte para que tuviera sus hijos. Alguien que fuera respetada y temida por su fuerza. La idea de que alguien tan frágil y asustadiza como Hinata Hyuga fuera su mujer, no le hacía mucha gracia, pero el contrato estaba firmado en forma de un jutsu. Ni si quiera un el Hokage podría haber invalidado su compromiso con ella.

Orochimaru comenzó a reír fuertemente y le dio la espalda, caminando por el pasillo. Como no se había despedido, Sasuke asumió que lo debía seguir. Notó a Kabuto siguiendo a su amo como un perro hambriento, aquello lo irritaba.

¿Has escuchado la expresión… el byakugan ve a través de todo? – Preguntó Orochimaru sin voltear a esperarlo.

Sí. – Recordó la forma en que sus manos habían picado alguna vez pensando en derrotar a Neji Hyuga; lo habían comparado tantas veces con él, por ser el mejor de su generación, un genio y prodigio de su clan. En ese entonces había querido saber quién era el más fuerte de los dos. - ¿Eso es todo? ¿El byakugan ve a través de objetos sólidos?

No Sasuke-kun, el Byakugan ve literalmente a través de todo. – Le divertía muchísimo a Orochimaru jugar a ser el profesor con Sasuke. - Un byakugan avanzando puede ver todo, nada es invisible ante esos ojos.

Todo…

Todo. – Confirmó Orochimaru abriendo la puerta de uno de sus laboratorios, seguido por Sasuke. - Puede ver a través de una mentira, puede ver sentimientos, puede ver los pensamientos de alguien, sus miedos, sus secretos, sus deseos, sus sueños, sus planes… algunos dicen que incluso puede ver el futuro o el pasado, aunque de eso no tengo confirmación. Supongo que sólo el clan Hyuga lo sabría. Sólo imagínate que podrían hacer esos ojos en las manos correctas. Pueden fácilmente ganar una guerra o destruir una nación por dentro.

¿Puede ver a través de un genjutsu? – la idea de que así fuera provocó un vacío en el estómago de la respuesta era afirmativa, entonces, Hinata dejaba de ser una completa inútil y se convertía en su nueva mejor amiga. – ¿Un genjutsu como los de Itachi?

Ya te lo dije, pueden ver a través de todo. Tu sharingan, si es bien entrenado, podría hacer que una persona creyera estar viviendo una realidad que sería sólo producto de tu mente a niveles increíblemente complejos. El byakugan del líder de los Hyuga puede destruir aquello. En un mundo en donde los Uchiha podrían crear una gran mentira, la única verdad sería la que trajeran los Hyuga. – Orochimaru suspiró pesadamente. - Aunque supongo que ahora pasaran años antes de que la niña Hyuga entrene mis ojos… - Orochimaru se sentó y abrió uno de sus libros de apuntes, pasando página por página hasta llegar a la que quería mostrarle a Sasuke. - Es por ello que los Senju pudieron derrotar a los Uchiha antes de la formación de Konoha, ¿Lo sabías? Se aliaron a los Hyuga para ello. – Puso el libro en una mesa frente al chico con un título en esa página que decía "Estudio avanzado de Dojutsus". Y como hay más de un Uchiha vivo que yo quiero hacer desaparecer de la faz de la tierra, es menester que me haga con esos ojos a la brevedad. El byakugan es el enemigo natural del sharingan.

Sasuke apretó el puño, ¿Sería cierto todo lo que estaba diciendo Orochimaru? Se negaba a creerlo. Hinata Hyuga no podía ser su enemiga natural, como mucho lo sería Neji…

- ¿Nunca te pareció extraño que siendo el sharingan tan superior al byakugan, siempre les hayan dado más importancia a los Hyuga dentro de Konoha? ¿Alguna vez alguien te dijo "Sasuke-sama"? ¿Alguna vez escuchaste como se dirigían a tu compañerita de curso? – Orochimaru se rió fuertemente, el rostro de espanto que comenzaba a notarse en el rostro de Sasuke lo divertía enormemente. - "Hinata-sama", todos seguramente la llamaban así. Por eso la han intentado secuestrar tantas veces desde que era una niña. – Le mostró a Sasuke un pergamino en que había un dibujo de la fundación de Konoha, los Senju a la cabecera junto con los Hyuga y un extraño clan con un símbolo en ás, estaba el clan Uchiha. - Los Uchiha no tuvieron más remedio que aceptar formar parte de Konoha bajo el mando de los Senju y los Hyuga. Es por ello también… que… Los Uchiha y los Hyuga nunca se han soportado

Si ese era el caso, ¿Por qué su padre habría hecho un compromiso para casar a Itachi con Hinata Hyuga? Aquello no tenía mucho sentido.

¿Hay algo más? – Preguntó Sasuke impaciente mientras ojeaba los dibujos del sharingan y el byakugan. - ¿Qué es esto? – Preguntó cuando vio unos ojos completamente negros sin brillo alguno, muy parecido a sus propios ojos en un estado natural.

Ese es el Shin no byakugan (Verdadero Byakugan). En los ojos de un Hyuga se abre una pupila negra que comienza a agrandarse hasta cubrir la iris por completo. El Shin no Byakugan es la técnica por supremacía del líder del clan. Son esos precisamente los ojos que quiero.

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No lo entiendo Neji nii-san. – Finalizó Hinata pasándole el diario de su padre. – Habla de técnicas que nunca supe existían.

Hinata-sama, no creo que yo debería estar leyendo esto. – Cerró el diario y se lo devolvió con sumo respeto. - Sólo el líder del clan puede…

Neji… dijimos que cuando llegara este momento dejaríamos de lado algunas de las tradiciones que dividen a nuestra familia, ¿No? – Hinata sonrió, Neji era siempre tan formal. Los miembros del consejo adoraban la cercanía que ellos dos tenían, pensando que Hinata se casaría con Neji eventualmente. Hinata les rompió el corazón anunciando que su compromiso con Sasuke Uchiha estaba aun en vigencia y que dejaran de buscarle esposos que nunca podrían tocarla. - Tú tienes mucho más talento que yo en taijutsu, aprendiste alguna de las técnicas de la familia por tu cuenta sin que nadie te las enseñara, eres un prodigio. Estoy segura que mi padre tenía la intensión de que tu leyeras sus diarios también, de lo contrario habría escrito en alguna parte que sólo yo podía aprender estas técnicas. En el fondo, creo que quiere que tanto tu como Hanabi también las sepan.

Supongo que tiene razón. Pero aquello que me habló del Shin no byakugan creo que es algo que sólo el líder del clan puede lograr. No es un juego. No estoy segura que si quiera pudiendo tener la oportunidad de aprenderla, lo querría hacer. – Hinata le sirvió más té a su primo mientras que ambos miraban por la ventana como caían las flores de cerezo esa primavera. - ¿Cuándo planea comenzar a entrenar para aprender todas estas técnicas?

A penas Hanabi se recupere por completo. Aunque creo necesitaré de tu ayuda para entrenar, como lo hicimos el verano pasado. – Hinata sonrió con sinceridad, adoraba recordar lo severo que había sido entrenar bajo las órdenes de Neji. – Gaara-kun me escribió, ¿Crees que es apropiado escribirle de vuelta?

No veo problema en ello Hinata-sama. – Respondió Neji bebiendo un sorbo. - Él sabe lo que sucedió con ese Uchiha y no creo que esté esperando cortejarla después de ello. Si aun le escribe es porque debe considerarla alguien especial en su vida.

Uhum. Gaara-kun… él es… - Hinata sonrojó un poco. – Es alguien que se parece mucho a Naruto-kun en ciertos sentidos. Es raro, pero lo extraño. Me gustaba conversar con él. De una u otra forma, creo que hubiésemos sido felices si nos hubiésemos casado.

¿Felices? – Preguntó Neji un poco confundido por el comentario de su prima y también por el rubor en sus mejillas. - ¿Y qué hay de… Naruto? – Le parecía un tanto triste que ella estuviese tan enamorada de él.

Él ama a Haruno-san, nii-san. – Lo dijo con una sonrisa, y no era fingida. De verdad se alegraba por ellos dos. Naruto era alguien especial y único, merecía ser feliz con ella. Sólo esperaba que algún día todo ese amor que se notaba sentía por la chica de cabello rosa fuera correspondido. – Yo podría haber aprendido a amar a Gaara-kun, ¿No? Eso pasa cuando el amor que se siente hacia alguien no es correspondido. Hay que continuar con nuestras vidas de una forma u otra, abrazando el recuerdo de esa persona y escondiéndolo muy profundamente dentro de nuestro corazón. – Hinata miró su taza de té. – Lo siento, no quería desviar el tema de nuestra reunión. Hablemos de… la junta del consejo.

Neji sacó una lista de su bolsillo y la posicionó frente a él en la mesa. – En la junta se tratará la recomendación que desea Ko de su parte para unirse a ANBU, del presupuesto para una estatua en honor a su padre en la plaza del barrio del Clan y sobre la petición de matrimonio que realizó Youko Hyuga a Haru Hyuga. También Hisune-san me pidió que le avisara que mañana llega la seda que su padre encargó para confeccionar kimonos para usted y su hermana. Debe ir a tomarse las medidas con las costureras. Y por último, llegó la estampa que usará desde ahora en adelante, está en un paquete sobre su escritorio.

Muchas gracias. – Hinata se sentía un poco mareada. No podía creer que ella tenía voz ahora en asuntos tan importantes como un presupuesto o un matrimonio. Aunque saber que se tendría que seguir vistiendo de esa manera la hacía suspirar. - No sé qué tiene de malo vestirme como siempre lo hacía. – Respondió Hinata bebiendo un poco de té. Realmente empezaba a sentirse como si cada vez que se ponía un kimono aceptaba un disfraz para que el resto de su clan le hiciera caso. – Después de todo soy una kunoichi, ¿No Nii-san?

Es la líder del clan Hyuga. - Respondió con un tono severo que le recordaba bastante a su propio padre. - Debe representar su papel. – Por algún motivo, cuando Neji le hablaba así, le parecía mucho más masculino y varonil que cualquier otro hombre en Konoha.

Haré lo mejor que pueda, nii-san. – Suspiró con ese pensamiento, de verdad cuando la miraba severamente era tan atractivo como Naruto. La mujer que terminara casándose con Neji de seguro sería muy afortunada, su primo era dotado cuando se trataba de atributos físicos. Se sonrojó de las tonterías que pensaba y bebió otro sorbo de té. Por muy atractivo que fuera, era tan bello como cualquier otro hombre del clan Hyuga. Eran un clan de rasgos finos, un poco aristócratas, no era novedad para nadie que todos ellos fueran hermosos… sin embargo haberse sentido atraída hacia Neji hubiese sido tan raro como haberse mirado al espejo y haber deseado besar su propia imagen. Cuando veía a Neji, muchas veces se veía a sí misma. - Quería hablarte de algo.

¿Sí? – Preguntó éste mirándola con calma.

Voy a solicitar mañana que se te incluya como miembro permanente del consejo.

El anuncio tomó a Neji un tanto desprevenido, no esperaba que algo así sucediera, no sólo por su edad sino porque él no pertenecía a la familia principal del clan.

Hinata-sama no creo que…

Comenzó Neji para ser interrumpido por su prima. - Ya va siendo hora de que la familia secundaria tenga alguien que hable por ellos cuando se reúnen los ancianos. Tu y yo somos el camino para suavizar las esperezas en nuestro clan, nii-san. Mi padre confiaba en ello y estoy segura que el tuyo también. – Hinata le sonrió con algo de timidez. – Es hora de que volvamos a ser una familia, no sólo un clan.

El resto de la tarde pasó rápidamente. Hinata se encerró en la que había sido la oficina de su padre y continuó con la lectura de sus diarios, sus anotaciones, cada uno de los consejos y puntos en que debía mantener enfocada su atención. El diario en que estaban escritas todas las explicaciones acerca del shin no byakugan era sin duda el más interesante de todos. Hasta ese momento no sabía que el byakugan pudiese evolucionar a tales puntos. Había tomado los pergaminos donde se explicaba a detalle como activarlo pero hacerlo, le parecía muy peligroso. ¿Estaría ella lista para tal desafío? Aun era muy pronto para decidirlo, por lo cual, utilizó un jutsu simple en el pergamino para sellar su contenido y volver todo el papel negro si alguien volvía a abrirlo que no fuese ella.

Neji tenía razón cuando había dicho que esa técnica no era un juego. Había muchas cosas en peligro si se utilizaba constantemente, poder ver dentro de los pensamientos de cada persona a su alrededor… era algo que la asustaba. Podría enterarse de los secretos de una persona, de sus sentimientos, de cada uno de sus pensamientos… sería una forma triste de vivir. No sólo eso, pero la idea de que otros supieran que el líder del clan podía utilizar algo así, podía crear un ambiente de tensión innecesario no sólo en clan, sino que en todo Konoha.

Tomó el nuevo sello que había llegado esa tarde para ella y estampó su nombre sobre un poco de cera rojiza en uno de los papeles que había estado escribiendo toda la tarde. El pergamino decía "Hinata Hyuga, quinceava líder de la familia Hyuga, solicita la inclusión de Neji Hyuga al consejo del clan. Sus aptitudes lo hacen merecedor del honor de pertenecer a tal noble agrupación compuesta por los más sabios y dignos miembros de nuestra familia. Es mi deseo contar con su voz a la hora de decidir sobre el futuro que nos espera desde hoy en adelante."

Miró el papel sintiendo nerviosa. No sabía si aquella petición sería aceptada o no, pero haber tenido el coraje para enfrentarse a siglos de tradición en que sólo miembros de la familia principal podían ingresar al consejo la mantenía calmada. Al menos lo estaba intentando, tal como su padre hubiese esperado de ella.

Iba a empezar la lectura sobre las reparaciones que había que hacer a los graneros del clan cuando de pronto sintió un ruido procedente de la ventana.

Byakugan. – Susurró sin si quiera realizar los sellos. Desde que su padre le había pasado el conocimiento de sus técnicas antes de morir no necesitaba hacer sellos para casi ninguna técnica.

Observó que justo en el patio al lado de la fuente de agua, había una figura. Agudizó su mirada y se dio cuenta de quién era. Un gesto de sorpresa surcó sus labios mientras se paraba y abría levemente la ventana.

¿Na..Naruto-kun? – Lo miró desde esa posición, confundida y un poco avergonzada. No sabía que estaría haciendo escabulléndose en medio de su casa. - ¿Qué ha..haces ahí?

Oi, Hinata-chan… - Susurró Naruto acercándose un poco a ella. – No me dejaban pasar, dijeron que estabas ocupada. – El chico sonrió bajo la luz de la luna. - ¿Tienes 10 minutos? – Preguntó con un tono extraño. Hinata se preguntó si algo habría pasado.

S..sí… - Saltó al borde de la ventana como si nada. A pesar de que le costaba moverse un poco con ese kimono, seguía siendo una kunoichi.

Caminó al encuentro de la persona que hacía que su tartamudeo volviera y con un pálido rubor en sus mejillas camino hasta la fuente en donde estaba parado Naruto con una bolsa en sus manos.

¿De verdad no te molesto? – Preguntó Naruto mirándola avergonzado, su risa sonaba un tanto nerviosa. – No quería interrumpirte.

N..no. Acababa de terminar lo que debía hacer. – Hinata hizo una reverencia. – Lo siento mucho, na..nadie me dijo que…que estabas esperándome.

¡Eso no importa Hinata-chan! ¡Mira lo que traje! – Naruto abrió la bolsa y Hinata notó las cajas que decían "Ichiraku Ramen". – Te dije que comeríamos ramen juntos, ¿no? – Naruto rió nuevamente. – Nunca retrocedo en mi palabra.

Hinata sonrió sorprendida cubriéndose la boca. - ¿Quieres en-entrar y servirnos eso en el..el comedor?

No… tu familia me da miedo. – Respondió Naruto con nerviosismo, ¿Por qué estaba tan nervioso? – Comamos aquí.

¿A-aquí? – Preguntó extrañada.

Sí, aquí. Es una bonita noche para que dos amigos coman juntos ¿No? –Hinata estaba casi hiperventilando. ¿De verdad Naruto la estaba invitando a su modo a una cita? - ¿No lo crees Hinata-chan? La luna, los árboles y todo eso… y claro lo mejor de la velada, comer ramen… - Naruto estuvo a punto de tomarle la mano para tirarla bajo los pasillos techados del jardín, cuando Hinata retiró con rapidez su brazo, mirándolo con miedo. – Lo…lo siento. Lo olvidaba.

Un silencio incómodo se produjo entre ambos mientras la sonrisa de Naruto desaparecía. Aquello sólo le recordaba una vez más que había fracasado en mantenerla a salvo. Bajó el rostro con tristeza, pensando en Sakura y sus promesas rotas. Había intentado sonar lo más casual posible para invitarla a comer, había intentado no sonar nervioso o demasiado ansioso por estar cerca de ella considerando que había estado una semana completa sin poder sacarse su sonrisa del rostro y tampoco la forma en que le había fallado.

Y ahora, apenas estaban juntos y solos, intentaba algo tan estúpido como tocarla cuando ambos sabían que si lo hacía podía terminar tal como Shikamaru y Kiba.

Descuida Naruto-kun. – Respondió ella caminando delante hacia el corredor y sentándose justo en el borde. – Lo que su..sucedió ese día no fue culpa tuya.

Naruto la miró sorprendido de que pudiese adivinar exactamente en qué estaba pensando. – No debí dejarte sola. – Respondió con severidad sentándose a su lado y pasándole su bol de ramen y unos palitos. – Si Sasuke me viera como un rival a su altura, habría intentado luchar conmigo antes de tocarte.

Naruto-kun, te contaré al..algo que te hará sonreír. – Hinata rompió sus palitos de la forma más casual del mundo y comenzó a comer ramen descuidadamente. En el fondo, esperaba que si ella no le daba importancia al jutsu de atadura, Naruto tampoco lo hiciera y dejara de mirarla con tanto dolor en los ojos.

Era una de las escenas más hermosas que había visto Uzumaki en su vida. ¿Qué había en el ramen y en Hinata que hacia ese momento algo tan asombroso de contemplar? Era como la combinación perfecta… - Uchiha-kun, dijo que volvería a la aldea.

¿Qu-qué? – Estaba paralizado con esas palabras. Hasta ese momento jamás se le había cruzado por la cabeza que Sasuke fuese a volver por su propia voluntad. – Hinata-chan, ¿No estás bromeando, verdad? – Sonrió con algo de incredulidad mientras también rompía sus palitos para comer.

Hinata negó con el rostro. – Cuando él vuelva a Ko..Konoha, desharemos el jutsu juntos. No sé como, pero supongo que él debe sa..saberlo. – Hinata tomó un pedacito de carne y comenzó a mascarlo, observando como Naruto lentamente comenzaba a sonreír. – El se fue con Orochimaru sabiendo que es..este jutsu de atadura existía entre nosotros. Nunca pretendió que ocuparan su cuerpo, Naruto-kun. El planea volver sano y salvo algún día. Él cumplió con su parte del trato, cuando el jutsu se com..completó , él le ordenó a Manda que los escupiera. – Hinata le sonrió con amabilidad, sonrojando al notar que los ojos de la persona que amaba se prendían con esa luminosidad que da la esperanza. - ¿Ves? No lo sientas. Este jutsu a..ayudará a Uchiha-kun y volverá cuando termine lo que de..debe hacer. Eso me hace muy feliz. Estoy ayudando a traer de vuelta a uno de mis compañeros ninjas de Konoha, aunque sea de esta forma.

Naruto sintió deseos de besarla ahí mismo. Apretar sus labios y decirle una y otra vez gracias mientras la besaba por darle noticias como esa. Pero en vez de eso, sólo la pudo mirar y agradecerle con una sonrisa mientras seguía comiendo su propio ramen.

Sasuke es un idiota, pero no es malo. – susurró Naruto sonriendo. – Si hubiese querido lastimarnos, habría matado a Sakura-chan. Aunque nunca le perdonaré lo que le hizo, creo que no soy yo el que tiene que perdonarlo. – Era cierto, si Sakura comprendía las motivaciones de Sasuke mejor que él, era ella quien tenía que decidir algo así. - ¿Estás segura que con ese jutsu Orochimaru ya no podrá tener su cuerpo?

Lo estoy. – Respondió Hinata. –Para realizar el jutsu que le permite cambiar de cuerpo debe to-tocar a Uchiha-kun de alguna forma y eso inhabilitaría su chakra; su cuerpo no es u..una opción para él ahora.

Ese teme… - Naruto sonrió. No podía evitar considerarlo un amigo, por mucho que sus caminos se estuviesen separando uno del otro. – Gracias Hinata-chan. – La miró a los ojos con media sonrisa en su rostro. – De una forma u otra, siento que me entiendes cuando digo que… Sasuke no es malo. Cada vez que hablo de él con los demás, me miran como si estuviese loco, me dicen que me olvide de él, que a él no le importo. Pero… es mi amigo. Aunque el ya no me vea así, no puedo rendirme. Debo intentar salvarlo de toda esa angustia que lo está consumiendo.

Hinata asintió mientras sorbeteaba un fideo hacia su boca. Naruto la miró curioso y se comenzó a reír. La chica sonrojó por eso. No sabía que comer ramen fuese tan difícil.

Deberás en..enseñarme a..a comer ramen algún día, Na..Naruto-kun. – Hinata miró su kimono lleno de manchas de caldo en el pecho.

Comer ramen tiene su truco… - Indicó Naruto levantando su dedo índice con una sonrisa. – No cualquiera puede lograr comer sin mancharse completamente. – Hinata suspiró mientras intentaba tomar otro fideo con los palillos. – Tal vez… - Naruto se aclaró la garganta, sintió que un sudor helado le recorría el cuello. – Tal vez si tu… - ¿Cómo decirlo? ¿Realmente quería decirlo? Pensó que si estaba con Hinata todo ese deseo de querer verla se le iba a pasar, pero… sólo lo había hecho peor. – ¡Aaaah! ¡Vamos a comer ramen juntos mañana! - ¿A quién engañaba? No le importaba si Hinata pensaba que quería salir en una cita, quería que fuera una cita. – Te pasaré a buscar a las siete.

El rubor pálido en el rostro de Hinata se volvió un rojo intenso. ¿Estaría soñando? ¿De verdad Naruto quería pasar tiempo con ella de nuevo? Era demasiado bueno para ser verdad. Permaneció en silencio esperando que el sueño terminara, pero al notar que todo aquello era verdad, comenzó a juguetear con los fideos revolviéndolos en la sopa.

Na..Naruto-kun. – Tragó saliva. – Neji nii-san va donde quiera que voy ahora, ¿No te molesta?

Ne… ¿Neji? – Preguntó Naruto casi atorándose. Claro que le molestaba, quería estar a solas con ella, conversar tranquilos como lo estaban haciendo ahora. - ¡Claro que no! No es una cita o algo así, somos amigos que van a comer ramen juntos… ¿no? ¿O tú quieres que vayamos solos?

De seguro que si estuviese enamorado ya habría traído a esa chica acá.

Aunque si llego allá con Hinata-chan a solas, Ayame comenzará a joderme la existencia- Pensó Naruto tragando saliva.

No.. no… no es eso. – Hinata estaba mortificada pensando que tal vez él pudiera haberse hecho una idea de que quería que estuvieran a solas. Sí, eso hubiese sido perfecto, pero… pero ella era una chica decente, no podía dejarlo creer que quería algo así. – Gra..gracias por…por enseñarme… a comer ramen.

No es nada. – Rió nervioso.

Quería decir algo más pero no se le ocurría qué. Todo aquello quedó convertido en un horrible silencio en que sólo escuchaba la forma en que sorbía el ramen y el ruido de los grillos nocturnos. Y a pesar de eso, estar así sentado junto a ella en silencio, se sentía bien. Sonrió con calma y suspiró, respirando profundamente el fresco de la noche en ese lugar.

Realmente… sigues siendo igual que antes, Hinata-chan. – Susurró Naruto cerrando los ojos. Hinata por el contrario los abrió a todo lo que daban sus párpados, pasmada por el comentario. Ella había hecho tanto por cambiarse a sí misma. – Cuando te vi no te reconocí, estabas tan cambiada, te recordaba como una niñita, después de todo siempre fuiste la menor del grupo. Pero… Sigues siendo igual de asombrosa. Eres rara… pero me gustan las personas raras como tú.

El corazón de Hinata se sentía acelerado, le costaba respirar y con comentarios como ese, escuchar que a él le gustaba como era, le producía una felicidad que no esperó sentir por mucho tiempo. ¿Tan enamorada estaba de Naruto?

¿Qué hiciste estos años en que te fuiste de Konoha, Naruto-kun? – Preguntó Hinata sonriéndole, sintiendo como su corazón latía fuertemente con esas palabras tan dulces. Sabía que Naruto no las había dicho con intenciones románticas pero para ella, habían sido el mejor cumplido que había escuchado en su vida. - ¿Dónde fuiste?

¡Fui a todas partes! Ni creerías todas las cosas que vi. – Naruto rió mientras terminaba de tragar lo último de su ramen. - El mundo es muy grande Hinata-chan. Nacimos en Konoha y pensamos que todo es árboles y más árboles, pero es tan distinto cuando sales de las fronteras del país del fuego.

¿Qué es distinto? – Preguntó Hinata tapándose la boca nerviosamente con una de sus manos.

Por ejemplo… si vas muy al norte, de la nada comienzas a ver nieve por todas partes, y el verde se transforma en un sinfín de blanco… La comida es distinta, los acentos de las personas, sus vestimentas, hasta sus jutsus. – Suspiró y se volteó a mirar los ojos de la chica. – Aunque hay una cosa que nunca cambia… las estrellas. Cada vez que las miraba, pensaba, que alguien en Konoha estaba mirando las mismas estrellas que yo.

Permanecieron en silencio mirándose el uno al otro. Naruto sintió que se comenzaba a poner nervioso por algún motivo que no lograba entender del todo. Había pasado mirando los ojos color luna de Hinata casi toda su vida, ¿Por qué ahora no le podía mantener la mirada?

Bajó el rostro mirando la fuente de agua, suspirando pesadamente intentando poner sus pensamientos en orden.

Naruto-kun. – Susurró Hinata de pronto. No se había dado cuenta lo mucho que le gustaba escuchar que le dijera así… su voz era tan suave, justo como una noche de primavera.

¿Sucede algo Hinata-chan? – Preguntó sin mirarla.

No te vuelvas a ir tanto tiempo.

Aquel comentario lo tomaba completamente por sorpresa. La miró de reojo pero se fijo que ella ya no lo estaba observándolo, sino que tenía la vista enfocada en sus manos. Su voz había sonado melancólica de alguna forma.

¿Por qué? – Preguntó confundido. Naruto solía ser muy despistado, cualquier otra persona habría entendido el significado de las palabras de Hinata sin que ella tuviera que decirlo. –Somos ninjas, las misiones…

Por..porque te extrañé mucho. – Lo interrumpió Hinata. – Konoha no es lo mis..mismo sin ti, Naruto-kun.

¿Tú me extrañaste? – La idea de que alguien además de su compañera de equipo, Sakura, lo hubiese extrañado, le parecía de lo más raro. No muchas personas en Konoha lo conocían, la mayoría lo ignoraba, por eso era su sueño ser Hokage para ser reconocido por sus pares. – No pensé que nadie notara mi ausencia, sobre todo considerando que cuando estaba aquí nadie parecía prestarme mucha atención.

Eso no es así. – Susurró Hinata, apretando los puños alrededor de la tela de su kimono y cerrando con fuerza sus ojos.- Yo…yo siempre te noté… Naruto-kun. Siempre te miraba desde lejos, la forma en que nunca te rendías ni… - La voz se Hinata se quebró y sus ojos se volvieron de cristal conteniendo las lágrimas. Sonrió con melancolía y comenzó a ponerse de pie dejando el bol con el resto del ramen que no había comido sobre las tablas de madera.

¿Hinata-chan? – Naruto la miró desde abajo sin entender por qué de pronto se había agitado de esa forma.

Lo siento, Naruto-kun, es muy tarde, debo…debo irme. – Hinata hizo una reverencia y comenzó a caminar hacia la ventana.

Espera, ¡Hinata! – al ver que la chica no se detenía también se puso de pie. - ¿Dije algo que te molestara?

Naruto corrió atrás de ella, sabiendo que no la podía tocar para detenerse, lo cual lo frustró tanto, que mandó al diablo todo y la tomó por la muñeca. Hinata quedó paralizada dándose vuelta lentamente y retirando su mano antes de que algo malo le pudiese pasar. Estaba esperando que Naruto gritara así como había gritado Kiba o Shikamaru, pero nada había pasado. ¿Sería entonces cierto que había que mantener el contacto un cierto periodo de tiempo para que hiciera efecto?

¿Naruto-kun? ¿Estás bien? – Preguntó lentamente.

Sí. – Respondió subiendo una ceja. Aunque el dolor lo hubiese llevado al mismo infierno, nada le hubiese prevenido que preguntara lo siguiente. - ¿Por qué estas llorando? ¿Es por mí? – Nunca nadie había llorado por él de esa forma. Verla tan preocupada y con su corazón en la mano, lo hizo sentir completamente confundido y asustado. Pero él no escapaba de sus problemas, Gaara se lo había dicho, si huía lo iba a lamentar el resto de su vida.

Naruto-kun… yo… - Hinata inhaló profundamente. Era la líder del clan Hyuga, no una niña asustadiza. Podía decírselo, sin miedo a nada. – Siempre te he admirado. Sé que tu pensabas que nadie se quería acercar a ti, pero… desde antes de la academia, quise ser tu amiga. Te miraba escondida siempre, me hacías sonreír. La forma en que gritabas con firmeza que ibas a cumplir tus sueños, me hicieron creer que… que yo también podía cumplir los míos. Quería ser tu amiga con tantas fuerzas, pero…me daba vergüenza, siempre he sido… muy tímida.

Naruto sintió una sensación de vacío en el estómago mientras miraba a Hinata hablar. Nunca hubiese pensando que durante todos esos años en que se sentía aislado del mundo, en que nadie lo miraba y todos corrían de él como si estuviese enfermo de algo mortal… había alguien que quería acercarse a él pero no tenía el valor de hacerlo. Miró el suelo, atónito de lo que escuchaba. Podría haber dicho muchas cosas, podría haber hecho muchas otras… pero no había reacción en él.

Gracias, Hinata. – Susurró sin pestañar ni mirarla. Perdido en sus propios pensamientos. – No sabes… lo que significa para mí, escucharte decir eso.

Y sin previo aviso de ningún tipo, los brazos de Naruto estaban abrazándola, apegando su cuerpo al suyo. Hinata exhaló pesadamente ante la sorpresa de ello. No sabía por qué Naruto sabiendo lo que causaba el sello de atadura estaría haciendo algo así, pero la mantenía firmemente atrapada entre sus brazos.

Gracias… - Susurró nuevamente inhalando, sintiendo ese aroma a vainilla y azahares en su cabellera. – Gracias…Hinata… - Podría haberse puesto a llorar ahí mismo, pero estaba aguantando las lágrimas. No quería que Hinata pensara que lo había puesto triste.

Naruto-kun… - Hinata también susurró, sin entender lo que pasaba con él, queriendo decirle en ese preciso momento que lo amaba, que desde niña lo había admirado como a ninguna otra persona en su vida y que luego esa admiración por lo que era se había convertido en un profundo amor, un amor tan intenso que llegaba a doler en su pecho. - ¿Por qué estás temblando? ¿Te estoy lastimando? – Preguntó Hinata asustada.

No, no me lastimas…no es nada… Hinata-chan. – Respondió Naruto apretando con fuerza los ojos, sintiendo como cada uno de sus nervios estaba siendo golpeado por una fuerza que jamás antes había sentido. A penas y se podía mantener en pie, pero no iba a dejar que algo como eso le robara ese momento. – No es nada… - Volvió a repetir. No la iba a soltar. Aprendería a lidear con el dolor, no la iba a dejar sola.

El fanart de la portada pertenece a :iconyukikou-chan: y lo pueden encontrar aquí [link]

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Capitulo 11 - Lo acabas de leer :D
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Comments14
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marielik's avatar
no la sueltes!!! aunque se te vaya la vida en ello jajaja!! otra vez con lo mismo!!!^^